Como la lluvia
que empapa la tierra,
como el viento
que busca los resquicios
por donde penetrar,
te siento vibrar
en las frágiles ramas
que zarandea la vida.
Y en ese temblor
que apenas sé dominar,
y que a veces me sobrecoge,
palpo el murmullo lejano,
pero claro y profundo,
de tu presencia,
que me sostiene y me lleva