TIEMPO ORDINARIO
Lunes 1º
LECTURA:
“Marcos 1, 14-20”
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
MEDITACIÓN:
“El evangelio de Dios”
Comenzamos la nueva andadura. Vamos a seguir recorriendo los caminos de nuestra vida y de nuestra historia sabiendo que no estamos solos. Especialmente esos caminos interiores, que nos parecen los más escondidos, y puede ser que, a veces, inexistentes, pero que conforman lo que somos, lo que creemos y lo que esperamos; los que nos permiten descubrirnos en nuestra hondura, en nuestra verdad más auténtica que conforma nuestro ser y el sentido de lo que somos.
Es un camino que muchas veces está por desbrozar y que tenemos que ser capaceas de aprender a trazar pudiendo elegir su tortuosidad o su accesibilidad. Es el camino de nuestra vida, de nuestra existencia personal, de nuestras opciones y que, aunque vinculados a otros, guardan una dimensión que es personal e intransferible, pero que, ciertamente no es indiferente a los otros porque vivimos en clave relacional.
En medio de esta realidad humana que nos afecta a todos por igual, con las particularidades de nuestra existencia concreta, aparece Dios. Un Dios a quien podemos experimentar como amigo o como enemigo. Hoy, a veces, da más sensación que como enemigo, de manera que se le quiere excluir como un estorbo en nuestro desarrollo o en nuestros intereses, que toman rumbos muy concretos, que nos quieren facilitar el presente, haciendo de cualquier cosa posibilidad, pero que nos cierran lo más importante que es el horizonte y el sentido de nuestra historia, que tiende a ser dejada tirada en la cuneta de nuestros límites, pobres e interesados.
En medio de toda esa realidad aparece el grito de Jesús que se nos presenta como buena noticia. Viene a ofrecernos algo que parece desconcertante: Dios. Pero Dios como buena noticia. Es como un choque de intereses. Nosotros tratando de eliminar a Dios como algo peligroso, él presentándonos a Dios como evangelio, como buena noticia. El tema es que rompió muchos intereses y por eso lo eliminaron, y la historia se sigue repitiendo.
Pero nosotros queremos seguir ahondando en esa noticia. Mala para cualquier instancia de poder; buena para todos aquellos que siguen descubriendo o intuyendo la grandeza y la dignidad de ser humano, y que él nos ha venido a manifestar, y que nos manifestará en sus bienaventuranzas y en su llamada al amor.
Sí, el Dios de Jesús es una buena noticia. Acompaña nuestro camino desde lo más íntimo de nuestro ser, y nos invita a comunicar, a contagiar esa experiencia de amor liberador, que no se transforma en palabras bonitas, sino en gestos de vida frente a tantos gestos nuestros de muerte. Y así volvemos a arañar la tierra de nuestro corazón con el deseo de irla preparando cada vez mejor para que esté capacitada para dar más fruto en bien de todos. Y esto ha sido, es y seguirá siendo una buena noticia, más allá de la fuerza y coherencia de nuestra respuesta, de nuestra fidelidad, porque el punto de referencia siempre será él.
ORACIÓN:
“Fuerza de ilusión”
Señor quiero seguir haciendo mi andadura contigo. Quiero intentar seguir llevando hacia adelante mi proyecto de vida a la luz de la tuya. Conozco y conoces todas esas realidades que en mí lastran mi paso, pero no quiero que lo frenen. En ti sigo vislumbrando esa luz que despierta y fortalece lo mejor de mí, y me descubro haciéndome, en tarea continua. Y eso estimula mis valores, mi trabajo y mi esfuerzo ilusionado por desarrollarlos, potenciarlos y proyectarlos. Gracias, Señor, por toda esa fuerza de ilusión que mantiene abiertos mis horizontes y los tuyos. Ayúdame a fortalecer mis pies y mis deseos en este avanzar continuo de mi vida, contigo, en todos los avatares de mi existencia, hasta la meta final. Gracias, Señor.
CONTEMPLACIÓN:
“Eres mi Dios”
Dios,
eres, sí, mi buena noticia.
Traes luz
en mis oscuridades,
Traes esperanza,
a las paredes de mi existencia,
Traes fuerza
que desde dentro me empuja,
hacia adelante,
cuando todo parece
apagarse y cerrarse en mí.
Traes vida,
vida que se expande y crece,
y crea y recrea
mi aparente impotencia,
como una savia
que me alimenta desde dentro.
Sí, eres mi buena noticia,
mi raíz, mi camino y mi meta
eres mi Dios.
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