Viernes 10º

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TIEMPO ORDINARIO

 

Viernes 10º

LECTURA:        Mateo 5, 27-32”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.

Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro, que ser echado entero en el Abismo.

Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro, que ir a parar entero al Abismo.

Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio».  Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer, excepto en caso de prostitución, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.

 

MEDITACIÓN:         “En su interior”

 

            Nos hablas de un tema casi tabú. Hoy que el gran problema es la fidelidad, cuando el amor parece tener fecha de caducidad cada vez más temprana, cuando cambiar de pareja es tan fácil como cambiar de jersey, que tú te acerques con un mensaje de fidelidad y de no superficializar el amor, no tiene carta de recibo en el ambiente general. Vivimos tiempos de un gran relativismo, casi todo da igual, no hay valores por los que luchar y, si lo hay, parece que no hay voluntad de luchar demasiado para mantenerlos.

            En medio de esa situación, de nuevo, tu palabra resuena como llamada a lo nuclear, a volver la mirada al centro, a no quedarnos en la superficie, a no banalizar la vida, ni las cosas importantes que la conforman, y a cuidar, por eso, las actitudes cuando empiezan ya a tomar forma en el pensamiento y en el corazón.

            Por eso tu palabra y tu invitación resulta importante. No todo vale ni todo da igual. El capricho y la superficialidad no da respuesta a lo que llevamos inscrito en lo más profundo de nuestra realidad humana. Tomar conciencia de que somos tarea, de que nos tenemos que construir y ayudar a construir positivamente, y de que eso supone esfuerzo, lucha, sacrificio, decir no a ciertas cosas y actitudes, es esencial. No se trata de reducir o poner alas a nuestra libertad. Es recordar,  precisamente que la libertad es también tarea y tarea al servicio del bien, del crecimiento humano, propio y ajeno. No es hacer lo que me da la gana, sino lo que me ayuda y ayuda a humanizarme y a humanizar, desde la madurez, desde la responsabilidad, desde la donación, desde la generosidad, desde la verdad, desde el bien, lo que me ayuda a asentar mis principios y mis opciones. Ahí radica la grandeza de mi libertad.

 

 

 

ORACIÓN:         “Tu palabra cerca”

Señor, yo creo que tu palabra está en el núcleo de lo que construye con autenticidad lo humano, aunque a veces me cueste entrar en ello, incluso hasta me cueste vivirlo porque me arrastra el ambiente. Por eso necesito tu palabra cerca, para apoyarme en ella, necesito tu fuerza, necesito que me permitas no perder de vista tu mensaje, porque sé que es portador de verdad y de vida.

CONTEMPLACIÓN:         “Como las olas”

 

Como las olas constantes

chocan contra la roca

y saltan hechas añicos,

aparentemente destrozadas,

pero van erosionando

la dura piedra,

hasta darle nueva forma,

y hasta hacerla desaparecer,

así es tu palabra constante

que se lanza,

una y otra vez,

hacia la dureza

de mi corazón.

Y así, casi sin darme cuenta,

me vas suavizando,

vas dándome forma,

creando una imagen nueva

hasta hacerme playa,

en la que pueda

recibirte sereno

en la inmensidad eterna

de tu amor.

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