Martes 8º

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TIEMPO ORDINARIO

Martes 8º

LECTURA:      Marcos 10, 28-31”

En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.

Jesús dijo: Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.

Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.

 

 

MEDITACIÓN:             “Con persecuciones”

 

 

            No, no es que me quiera fijar solamente en el aspecto más duro de tu palabra, simplemente es que me parece que es  bueno que de vez en cuando nos demos un baño de realismo. Tú no eres precisamente un agorero y un anunciador de desgracias, al contrario, vienes a traernos esperanza, a hablarnos de alegría y felicidad, pero con los pies en la tierra.

            Porque lo cierto es que nos quejamos con mucha facilidad. Ciertamente, a nadie nos gusta el dolor, ni el mal, ni que nos compliquen la vida. Nos gustaría que creer en ti fuese como un remedio para pasar por este mundo sin pisar el suelo, de manera que nada ni nadie nos afectase, pero no, ni lo pretendiste nunca, ni puede ser así.

            Viniste a afrontar una lucha directa con el mal  apostando por el bien, por la vida, por el amor. Eso suena muy bonito, pero te costó la vida. El mal sigue siendo una realidad dura que sigue en actitud de enfrentamiento y de muerte, y muchas veces lo queremos ingenuamente, ignorar. Sus armas son a veces tan atractivas que tendemos a caer en sus brazos con una gran facilidad. Y, es cierto, ponerse en su contra, hacerle frente, optar por el bien, por ti, nos puede generar en un aspecto multiplicidad de signos de acogida, pero también de rechazo. Lo estamos viendo todos los días, de una forma burda y brusca o de la forma más sutil.

            Tú jamás escondiste las consecuencias de tu seguimiento, No endulzaste tu mensaje; por lo tanto, no tenemos motivos para asombrarnos, sorprendernos o sentirnos engañados. Optar por ti es abrazarnos juntos en el bien quienes optamos por ti, sentirnos familia multiplicada, y asumir con fuerza, decisión y valentía las consecuencias de nuestra fe en ti. Una fe que nos quiere adentrar en la aventura del amor, de construir un mundo más humano y de conquistar la vida eterna a la que nos llamas, que nos has abierto con tu muerte y resurrección. Vivir y luchar por ello, con todas las consecuencias, es la mejor aventura en la que nos podemos adentrar, el mejor testimonio que estamos llamados a dar, juntos, como familia de los hijos de Dios, como hermanos, convencidos del valor, de la dignidad y del sentido de la vida que nos ofreces, a pesar de las persecuciones.

ORACIÓN:            “Testimonio vivo”

 

 

            Señor, no, no me gustan las persecuciones. Me afectan y sufro cuando veo que se sigue despreciando, minusvalorando y hasta matando a nuestros hermanos, simplemente porque molestamos, porque molestan nuestras palabras y nuestros actos, porque son como denuncia del mal. Y ese miedo está haciendo que muchos cristianos, seducidos por lo fácil, o acobardados por el miedo, se aparten, se alejen, renieguen de su fe. Sí, Señor, no es fácil, tú lo sabes bien, fuiste el primer perseguido. Por eso no dejes de derramar tu fuerza sobre tu iglesia. Que la fuerza de tu Espíritu fortalezca nuestra debilidad, mi debilidad, me ayude a estar por encima de mis miedos, a vivir con convencimiento y alegría tu seguimiento y a dar, en mi ambiente concreto, el testimonio vivo de mi fe.

 

CONTEMPLACIÓN:              “Mi fuerza”

 

 

No, no me puedo apoyar en mi fuerza,

son muchas las veces que he sentido

la fuerza pero de mi debilidad

que me frena, me evade, me esconde.

Por eso sé cierto, que sólo

me puedo apoyar en ti,

que sólo en ti descubro y encuentro

la fuerza escondida que me abre horizontes,

que despliega mis alas

y me hace volar alto y largo,

más allá de mis cálculos y posibilidades.

Tú, Señor, sólo tú, eres mi fuerza,

mi horizonte, mi tierra y mi cielo.

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