242. Rasgos de la obediencia benedictina.

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 Y por eso eligen con toda su decisión el camino estrecho al que se refiere el Señor: “estrecha es la senda  que conduce a la vida.” Por esta razón no viven a su antojo, ni obedecen a sus deseos y apetencias, sino que dejándose llevar por el juicio y voluntad de otro, pasan su vida en los cenobios y desean que los gobierne un abad, (5,11-12)

S. Benito considera  a la obediencia simbolizada en la senda estrecha que conduce a la vida. (11) de la que habló Jesús en el sermón de la montaña(Mat 7,14) Luego esboza una definición con los siguientes elementos, primero de modo negativo, y después los rasgos positivos.
La obediencia negativamente, es renunciar al libre arbitrio  de la voluntad propia:”no vivir a su antojo”, “no cumplir los propios deseos y apetencias”. Esto  corresponde a la máxima que ya hemos comentado en los Insrumentos del arte espiritual:”Aborrecer la propia voluntad” (4,60) y seguramente también tiene en cuenta la máxima anterior:”No poner por obra los deseos de la carne”
Obediencia positivamente es: 1º dejarse llevar por el juicio y voluntad de otro, 2º pasar la vida en los cenobios. 3º Desear ser gobernado por un abad, 4º imitar de este modo al Señor que dijo de sí mismo:”no he venido a hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió”.
El primer elemento no necesita comentario y corresponde al instrumento “obedecer a todos los preceptos del abad” que ya hemos comentado  en 4,60. Después señala como un segundo elemento positivo para definir la obediencia, el vivir en un cenobio.
Cenobio es  la latinización de una palabra griega que significa la vida en comunidad, no el edificio material. Así aparece en los apotemas, en Paladio, Casiano, o sea en los textos que nos informan del modo de vivir los monjes del Bajo Egipto. Los pacomianos preferían hablar de “santa koinonia” aludiendo a la comunidad primigenia de Jerusalén, descrita en los  Hechos. S. Basilio desconoce totalmente  el termino cenobio y usa  invariablemente la palabra “fraternidad” para designar al conjunto de hermanos que viven en comunidad.
El vivir en un cenobio implica también sujeción a una regla. Tenemos por tanto los tres rasgos que se caracterizan los cenobitas y que encontramos en el primer capítulo de la Regla. “militan bajo una regla y un abad.”
En el tercer elemento, desear ser gobernados por un abad, se descubre el carácter libre y voluntario de la obediencia, por eso en otro lugar dirá que la obediencia es un bien (71,1) por lo tanto algo deseable. Pero sobre todo lo que la hace tan deseable, es el cuarto elemento que hemos hablado anteriormente: el seguimiento o imitación de Cristo. Mañana D.m. lo consideraremos.

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