El ábside nos ofrece un conjunto de tres retablos del que destaca el central. Se trata de un mueble del siglo XVI de estilo plateresco que combina pintura y escultura. Se trata de uno de los primeros retablos de estas características en nuestra provincia. Es también de escuela flamenca.
Está dedicado a la Ascensión de la Virgen que aparece representada en su talla central, de elaboración muy popular y tal vez rescatada de un retablo anterior. Bajo ella la pequeña y hermosa talla del siglo XIV, que representa a la Virgen sedente de Zenarruza. Culmina el retablo una crucifixión y la efigie de un Padre eterno. Las calles laterales recogen cuatro tablas pintadas que muestran los momentos centrales de la vida de María: la anunciación, la visitación, el nacimiento de Jesús y la adoración de los Magos. Todo el retablo se encuentra salpicado de relieves de ángeles y figuras mitológicas de todo tipo, clásicas de este estilo renacentista.