HORARIO DE LA COMUNIDAD

Días laborales

Días festivos

  • 05,30 – Vigilias
  • 07,00 – Desayuno
  • 08,00 – Laudes y Eucaristía
  • 08,45 – 09.00 – Tercia
  • 09,15 – Lectura
  • 10,30 – Trabajo
  • 13,30 – Sexta
  • 13,45 – Comida
  • 15,30 – Nona
  • 16,00 – Trabajo
  • 18,30 – Lectura
  • 19,30 – Vísperas
  • 20,15 – Cena
  • 21,15 – Capítulo
  • 21,30 – Completas y Salve
  • 05,30 – Vigilias
  • 07,00 – Desayuno
  • 08,30 – Laudes
  • 09,15 – Lectura
  • 10,00 – Tercia
  • 12,00 – Eucaristía
  • 13,45 – Sexta
  • 14,00 – Comida
  • 15,45 – Nona
  • 19,30 – Vísperas
  • 20,15 – Cena
  • 21,00 – Exposición del Santísimo y oración
  • 21,30 – Completas y Salve

Como bien se aprecia en el horario de la izquierda, la oración litúrgica vertebra la jornada de principio a fin, desde Vigilias hasta Completas, en siete momentos, conforme a las palabras de la Escritura: «Siete veces al día te alabo» (Salmo 118).

Las horas de Sexta y de Nona se rezan en una capilla privada.

El resto de la liturgia se desarrolla en la iglesia

y se facilita la participación de los asistentes

mediante folletos u otros papeles necesarios.

Las Vigilias -u Oficio de lecturas- tienen siempre un carácter nocturno y se han de celebrar siempre antes de la salida del sol.

Los Laudes y las Vísperas de denominan Horas mayores y tienen una duración de una media hora. Ambas están vinculadas al recuerdo de la muerte y la resurrección de Cristo y constituyen el doble eje de la oración litúrgica diaria. La aurora y el ocaso del sol son momentos típicos de oración de todos los pueblos. Así era en Israel, así sigue siendo en la Iglesia.

Los Laudes son la principal oración de la mañana, y se cantan unidos con la Eucaristía. Por coincidir con el surgir del sol y la alegre belleza de la aurora, tienen carácter exultante y evocan la liberación de Cristo resucitado

Las Vísperas, al final de la tarde, tiene el sentido sacrificio vespertino de alabanza y acción de gracias por el don de la luz física y espiritual, y por los demás dones de la creación y la redención. La tarde es tiempo propicio para considerar ante Dios la jornada transcurrida, para dar gracias por lo que se nos ha dado o lo que hemos realizado con rectitud, para pedir perdón por el mal que hayamos cometido.

Tercia, Sexta y Nona se denominan Horas menores y su nombre procede del horario romano: Tercia era la tercera hora desde la salida del sol, hacia las 9 o las 10 y se relacionaba con el momento de la crucifixión de Jesús; la hora Sexta coincidía con el medio día y se relacionaba con las palabras dichas en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». La hora Nona, por su parte, se relacionaba con el momento de la muerte de Cristo. Son oficios muy breves, de unos diez minutos, colocados uno al comienzo del trabajo matutino, otro antes de comer y otro al comienzo del trabajo de la tarde.

En la época de San Benito las horas menores no exigían la interrupción del trabajo manual ni la reunión de los monjes en la Iglesia, sino que las rezaban en el mismo lugar del trabajo interrumpiendo un momento la labor. Salvo excepciones, en los monasterios actuales tienen siempre lugar en la Iglesia.

Completas es como el complemento de Vísperas y el final del oficio divino, como preparación de la nocheantes de irse a acostar. Las oraciones y salmos que la componen se inspiran en tal idea y recomiendan la confianza en la protección del Señor y de la vigilancia para huir de los ataques del demonio. Esta hora recuerda la agonía de Jesús y su sepultura.

Y al final de Completas, todos los diías se canta la antigua antífona mariana Salve Regina, según la versión cisterciense.

 

Benedictus – Cántico de Laudes

 

Salve Regina