TIEMPO ORDINARIO
Sábado 2º
LECTURA:
“Marcos 3, 20-21”
En aquel tiempo, volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
MEDITACIÓN:
“En sus cabales”
No podía ser de otra manera. Eso es algo universal. Se tenía que dar con Jesús como se da en cualquier momento con cualquiera que rompe las etiquetas que los hombres estamos acostumbrados a ponernos. Y parece que sí, que Jesús rompió los esquemas a los que todos lo tenían encasillado, pasando de ser un artesano responsable, a un predicador y sanador ambulante que está dando mucho que hablar, bien y mal. Ya lo hemos visto y bien prontito.
Pero si Jesús y sus actitudes no entraban en los términos cabales de muchos, incluso de su familia, sí que entraba en sus cabales y en los cabales de Dios, si es que el amor puede encasillarse en la “cabalidad”. Porque el amor, siempre rompe esquemas, y hace que asumamos posturas que nos desconciertan a nosotros mismos y que quien no está enamorado pueda considerar como locura.
Eso es tal vez lo que nos falta. Ese es el miedo que nos frena a actuar de manera semejante. Lo mejor es entrar en la línea de todos, para no ser tenidos como bichos raros. Es mejor dejarse arrastrar por el ambiente, por la masa o, sencillamente, por lo cómodo que permite justificarlo todo. Tanto que parece que estamos volando por los aires lo más grande que tenemos, la autonomía, la libertad, el respeto y la valoración de las propias opciones cuando, lógicamente, van buscando el bien, el desarrollo de esos sentimientos profundos que nos atraviesan, y que generan valores de bien en nosotros y para los otros, pero que no están de moda.
Y es que hemos terminado haciendo de Dios algo que en lugar de potenciar, frena. Lo hemos experimentado tan alto, a pesar de que se nos ha hecho tan cercano, que nos terminamos quedando en nuestro ras de tierra, porque volar nos da miedo, pues no entra en nuestros cabales. Queremos ser tan cuerdos, que anulamos toda nuestra potencialidad, y todas aquellas posibilidades que nos llevan y lanzan más allá de lo que somos capaces de ver y tocar con nuestras pobres manos y nuestra mente limitada. Nos da miedo la aventura del amor, por eso la reducimos a lo que dure y mientras dure, y no como una propuesta, casi de locura, que supone un trabajo ilusionado, una lucha constante para conquistarlo, construirlo y reconstruirlo, dada la facilidad que tenemos para herirlo o dejarlo a su suerte.
Si, puede ser que Jesús no estuviese en sus cabales. Ciertamente no estaba en los nuestros. Como no lo está Dios, que en su locura de amor se ha metido en nuestra historia hasta experimentar el rechazo de nuestra vulgaridad y cortedad de miras, y de corazón. Nos ha ofrecido el motor de nuestro ser humanos pero parece que preferimos seguir empujando a duras penas nuestra historia que parece cada vez más atascada.
No cabe duda, hay que salir de nuestros cabales para entrar en los de Dios. Seguro que nos llevamos muchas sorpresas. Nosotros y los otros. Pero hace falta valor.
ORACIÓN:
“La lógica dde tu amor”
Qué pena, Señor, que nos sea más fácil ponernos límites que abrirnos a tus sorpresas y a las sorpresas de nuestro propio corazón. Parecemos empeñados en embotarnos y en no ver más que en una misma dirección que nos mantiene seguros. Sé que hacer afirmaciones generales no es bueno, porque limita y parcializa, cuando hay, sigue habiendo, muchos corazones abiertos que no entran en los cabales de la mayoría. Lo que pasa es que lo hacemos tan mal, o tan pobremente, que no dejamos ver a esa mayoría que nos la tapan ciertas sombras que parecen destacar y marcar el ritmo de lo que se ve. Pero sí, Señor, tú sabes que hay que romper muchas barreras para no dejarse aprisionar por esas realidades que tanto peso ejercen y, a veces, no es fácil vencer la fuerza de la corriente o del desánimo. Ayúdame a no parar en ese empeño de seguir entrando en la lógica de tu amor. Gracias, Señor
CONTEMPLACIÓN:
“Has salido de ti”
Has salido de ti
para entrar en mí;
has desafiado la lógica
en aras del amor;
has roto nuestros esquemas
cortos e interesados,
para mostrarte un Dios
humano y humanizador,
abriendo esperanzas de dignidad
que hablan de mi grandeza,
que nadie valora,
de mi realidad divina,
que nadie entiende.
Sí, has salido de ti,
y nos has asustado
con la fuerza de tu cercanía.
No eres un dios normal,
estás al lado del hombre,
curando sus heridas,
acompañando mis pasos,
cantando canciones de vida;
sin remedio,
eres un Dios loco de amor.
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