Te acercas con palabra firme
pero con ternura de amigo.
Te empeñas en cerrar heridas
y en derribar muros
de mi corazón endurecido.
Levantas barreras que pongo
y desatas nudos que aprieto.
Y me sabe tu palabra
a aliento de vida,
a esperanza añorada,
a humanidad abierta.
Y es como una corriente de aire
y de vida fresca que promete,
en el erial de nuestra historia,
un despertar de vida nueva.