Te abajas a la orilla de mi vida
y atisbas esos pliegues oscuros
que frenan la fuerza mis pasos
y enturbian esos deseos limpios
que yo mismo me resisto a ver.
Y el agua clara de tu palabra
se empeña en limpiarme,
y la luz de tu mirada ilumina
los nuevos senderos que se abren.
Las nubes de mis miedos se disipan
y la belleza de un nítido cielo azul
dibuja un halo nuevo de esperanza,
descubriendo la fuerza de mi ser.