Eres mi signo,
mi signo del amor,
de la fuerza de la vida,
de la belleza del bien.
Eres mi signo
cuando no hay signos
y mi luz en la oscuridad.
Eres el agua fresca
que riega mi jardín reseco
y reverdece mis tallos muertos.
Eres mi signo
sin necesidad de signos,
presencia de tu ausencia,
voz de tu silencio,
vida de mi muerte.