Me invitas a ahondar
en el pozo de mi alma,
a descubrir la fuerza de vida
que has volcado en mí.
El tesoro de mi humanidad
salvada por tu amor,
mi capacidad de hacerla don,
su sed de eternidad
que sólo se sacia en ti,
y que me invitas a convertir
en fuente que se desborde
para que otros puedan beber
de ti en mí.