Semana 7 Lunes A – 14

TIEMPO ORDINARIO

 

Lunes 7º

 

 

LECTURA:              

Marcos 9, 13-28”

 

 

En aquel tiempo, cuando Jesús hubo bajado del monte, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos letrados discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: ¿De qué discutís? Uno le contestó: Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.

Él les contestó: ¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo. Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? Contestó él: Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y el agua para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos. Jesús replicó: ¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe. Entonces el padre del muchacho gritó: Tengo fe, pero dudo, ayúdame.

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él. Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: ¿Por qué no pudimos echarlo nosotros? Él les respondió: Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.

 

 

MEDITACIÓN:               

“Todo es posible al que tiene fe”

 

 

            Todas  estas lecturas nos están poniendo de manifiesto la fuerza de la fe, la fuerza de nuestra fe. Cuántas veces nos han dicho o hemos podido decir para qué sirve la fe. Y la respuesta más vital tal vez sea que con la fe podemos vivir, podemos poner de manifiesto su capacidad para hacer frente a la vida, para empujarla, para sacarle lo mejor, para no rendirse y para descubrir desde ella la tremenda posibilidad que Dios ha depositados en cada uno de nosotros.

 

            La afirmación de Jesús nos puede sorprender, y nos sorprende porque nuestra fe sigue siendo frágil, porque la relegamos al espacio en el que nuestra vida funciona con normalidad, pero cuando vienen las dificultades se nos tambalea, precisamente cuando más la necesitamos, precisamente cuando es el momento de que manifieste su poder en nosotros para levantarnos, para estimularnos, para descubrir esa fuerza encubierta que en los momentos habituales aparentemente fluye con naturalidad y parece que no la necesitamos.

 

            No, es que la fe sea una cura de urgencias, en absoluto. Ella es la que da el tono o debe dar el tono de todo lo que somos y hacemos en todo e acontecer diario de nuestra vida, pero no cabe duda de que es en los momentos difíciles, igual que pasa con las personas que tenemos a  nuestro lado, que siempre son importantes, que siempre nos ayudan a vivir, pero que en las situaciones duras se nos hacen más necesarios, es cuando los necesitamos plenamente, no cuando los tenemos que despedir o prescindir de ellas, porque sería como una especie de suicidio.

 

            Sí, tiene razón Jesús, para el que tiene fe todo es posible, hasta lo que parece imposible. Porque en ella no sólo actúa nuestra mera fuerza sino la fuerza de Dios en nosotros, la fuerza de su Espíritu, donde la palabra de Jesús se nos hace luz y fuerza de un modo especial. Porque desde ahí la fe nos eleva a alturas o nos hace descubrir nuestra capacidad de estar por encima de todas las situaciones, de ser dueños de ellas, de afrontarlas hasta las últimas consecuencias, sorprendiéndonos nosotros mismos de lo que Dios es capaz de hacer con nosotros. Y nosotros con él. No lo olvidemos con ayuno y oración podemos echar todos los demonios que nos quieran apartar de él, de nosotros mismos y de los otros. Que quieran ofuscar nuestra fe.

           

           

ORACIÓN:             

“Dejarme sorprender”

 

 

            Señor, te doy gracias por el regalo de la fe. En ella me has dado y me has descubierto toda la fuerza que desde ti me permite cada día hacer frente a todas las vicisitudes de mi andadura. Me ha abierto el camino hacia ti y desde ti, ese camino que orienta el rumbo de mi vida y me permite asomarme a la hondura y potencial de mis ser. Gracias, Señor. Ayúdame a cuidarla, ayúdame a adentrarme en ella, ayúdame a vivir desde ella, ayúdame a dejarme sorprender por ti. Gracias, Señor.

           

 

CONTEMPLACIÓN:             

“Todo es posible”

 

 

Todo es posible

cuando se mira al horizonte

y te dejas emocionar

 por la belleza de un amanecer.

Todo es posible

cuando te sorprende

 la belleza delicada de una flor.

Todo es posible

cuando te enternece

la sonrisa limpia de un niño.

Todo es posible

cuando abres tu corazón

al  misterio sorprendente

de la fe.

 

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