Lunes 7º

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LUNES VII DE PASCUA

LECTURA:         “Juan 16, 29‑33”

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»

Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»

 

MEDITACIÓN:          “Tened valor”

 

            No ocultaste a los tuyos, y eso significa que tampoco a nosotros, que tu seguimiento no iba a ser fácil. Así como muchos no te acogieron entonces, tampoco lo hacen ahora y, por lo tanto, muchas repercusiones recaen sobre quienes tratamos de entrar en tu dinámica del Reino.

            En esa dinámica que nos va pidiendo discernimiento nos previenes de que no podemos eludir lo que esto conlleva de lucha, de constancia, de ideas claras y, al mismo tiempo, de mente y corazón abierto, y de hacerlo con valor, con ilusión, con coraje, porque aunque aparentemente tu final no fue brillante a nivel humano, tú terminaste venciendo, porque Dios estará siempre del lado de lo que engendra vida, del lado de donde se trabaja desde la dinámica del amor.

            Sólo esa convicción nos puede permitir seguir adelante, encontrando la paz en ti, la paz del que se sabe inserto en el corazón de Dios. No exime eso de experimentar las dudas, incertidumbres, incluso equivocaciones. Lo importante será siempre mantenernos en esa actitud de búsqueda, de respuesta, de verdad, y hacer el camino así, desde ti y contigo.

ORACIÓN:       “Luz y valentía”

 

            Todas las circunstancias en las que nos movemos nos condicionan más de lo que quisiéramos. Por eso quiero pedirte en este día luz y valentía. Luz para vislumbrar en cada momento la actitud adecuada, que partiendo de ti responda a las circunstancias concretas con las que me encuentre. Luz que me ilumine los caminos, las posibilidades, que no me cierre en unas coordenadas limitadas y cuadriculadas sino que pasen por el baremo evangélico. Y desde ahí, valentía para responder con decisión y coherencia.

            Sé que aún así habrá momentos y situaciones que no acierte a responder; de no saber estar del todo a la altura de la respuesta adecuada, pero si tú me ayudas a lo largo de mi caminar iré aprendiendo.          

CONTEMPLACIÓN:        “Te abres paso”

 

Larga y confusa

experimento la andadura

de mi existencia

cuando me cierro

entre las cuatro paredes

de mi inconsciencia consciente.

Quisiera responder desde ti,

pero me encuentro atado

por mil condicionamientos

que se mueven en el terreno

pegajoso de lo burdo

y resbaladizo de lo sutil.

Pero tú te abres paso

iluminándome con tu palabra,

fortaleciéndome con tu presencia,

serenándome con tu paz.

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