Y cuando quiere mostrarnos cómo el que desea ser fiel debe soportarlo todo por el Señor, aún en las adversidades, dice de las personas que saben sufrir:”Por ti estamos a la muerte todo el día, nos tienen como ovejas de matanza”. Más con la seguridad que les da la esperanza de la recompensa divina, añaden estas palabras, “pero todo esto lo soportamos de sobra gracias al que nos amó” (7,38-39)
Benito señala diversos caminos para tratar con los sentimientos. Por una parte acentúa el sentimiento negativo, a fin de trasformarlo, mientras que por la otra, opone al sentimiento negativo un sentimiento positivo.
Benito ante la experiencia del dolor dice que el dolor puede oprimir y llevar a la depresión, pero no lo banaliza, sino en cierto modo lo agudiza pues aconseja meditar sobre el versículo del salmo:”por ti estamos a la muerte todo el día, nos tienen como ovejas de matanza” (43,23)
Nuestro sufrimiento es una realidad, pero será aún peor pues finalmente seremos entregados a la muerte. Pero en la medida que comparo mis sufrimientos con la pasión de Jesús, que fue conducido como un cordero al matadero, puedo reconciliarme con el dolor y experimentar la comunión con Jesucristo.
Al reconciliarme con mi sufrimiento y al estar de acuerdo con él, experimento en mí la paz. Pero abandonarse al dolor, sería una reacción puramente pasiva. Es preciso que se de en nosotros también el otro polo, el de la lucha. Por ello hemos de decir con el Apóstol Pablo: “Pero todo lo superamos de sobra gracias al que nos amó”. (Rom 8,37).
Solo si permitimos que se den en nosotros ambos polos: el acuerdo y la protesta, el entregarse, y la lucha, la pasividad y la actividad. Podremos tratar apropiadamente con las adversidades de la vida y con los sentimientos de angustia y depresión que la vida suscita.
Otra manera de tratar con nuestros sentimientos negativos es la interpretación de las experiencias que hacemos. Benito interpreta las dificultades de nuestra vida como prueba y purificación por parte de Dios. Debemos contemplar todo lo que nos produce dolor y parece sobrepasa, a la luz del salmo que dice “Oh Dios nos pusiste a prueba, nos refinaste en el fuego como refinan la plata. Nos empujaste a la trampa, nos echaste a cuestas la tribulación”. (65,10)
Si descubro mi sentimiento como prueba y purificación encontraré un sentido al sufrimiento. Y como tiene sentido puedo soportarlo. El sufrimiento solo se hace insoportable por el sinsentido. Tan pronto como le descubro un sentido, puedo tratar con el sufrimiento.
Se pone aquí de manifiesto la espiritualidad desde abajo, precisamente en los problemas que arrostro conmigo en la vida, me encuentro con Dios que actúa en mí y me trasforma.
Benito aplica el modelo de la interpretación también a las experiencias negativas con superiores, que pueden resultar muy opresivas. Si sufrimos bajo la autoridad de un superior, debemos reconciliarnos con ello, orando con el salmo:”nos has puesto hombres que cabalgan encima de nuestras espaldas” (65,12)
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