Skip to Main Content
Monasterio Zenarruza
MENUMENU
  • Inicio
  • El monasterio
    • El nombre
    • El lugar
    • Historia
      • Siglos X al XIV
      • Siglos XV al XX
      • Situación actual
    • Visita turística
  • Comunidad
    • La hospedería
    • La jornada
    • Catálogo Biblioteca
    • Ropa litúrgica
  • Cister
    • Historia - Espiritualidad
  • Espiritualidad
    • La Lectio de cada día
    • Oraciones
    • Conferencias sobre la Regla
  • Contactar
    • Cómo llegar o contactar
    • Camino de Santiago - Albergue
    • Mapa
MENUMENU
  • Inicio
  • El monasterio
    • El nombre
    • El lugar
    • Historia
      • Siglos X al XIV
      • Siglos XV al XX
      • Situación actual
    • Visita turística
  • Comunidad
    • La hospedería
    • La jornada
    • Catálogo Biblioteca
    • Ropa litúrgica
  • Cister
    • Historia - Espiritualidad
  • Espiritualidad
    • La Lectio de cada día
    • Oraciones
    • Conferencias sobre la Regla
  • Contactar
    • Cómo llegar o contactar
    • Camino de Santiago - Albergue
    • Mapa

27.- Aquel que cuando el diablo le sugiere alguna cosa

por | publicado en: Prologo | 0

27.- Aquel  que cuando el diablo le sugiere alguna cosa , inmediatamente le rechaza a él y a su sugerencia, lejos de su corazón, lo reduce a la nada, y agarrando sus pensamientos  los estrella contra Cristo (28)

La segunda condición que S. Benito manifiesta como medio para entrar en el tabernáculo, es vencer  las sugerencias del mal.
Ante todo  S. Benito nos enseña que no tenemos que temer las tentaciones. Ciertamente que  no pueden faltar, pues llevamos en nuestro corazón eses siete raíces de pecado que  incluso  las personas más espirituales, según  S. Juan de la cruz, se revisten de apariencias de bien.
Satanás es el enemigo declarado de Dios, y por consiguiente también enemigo encarnizado de l hombre, criatura de Dios.
El hombre  que puede amar y glorificar a Dios y ha sido tan amado  por Dios, que ha llegado a entregar su Hijo muy amado para rescatarlo. Coomo dice S. Pedro, siempre estará a nuestro alrededor  como león rugiente buscando perdernos.
Pero todas estas asechanzas son un medio providencial  para poder entrar en el tabernáculo.
Jesús que quiso ser tentado, solo a los vencedores destina la corona, ya que nadie es coronado si no ha luchado legítimamente.
Ay que estar  preparados para las insinuaciones del mal.  Siendo  en enemigo malo, y unido a nuestra concupiscencia, posee mil  resortes para  engañarnos. Siempre ataca por el lado flaco. Halaga las pasiones. Presenta con seductores atractivos y bajo capa de bien aquello que nos aparta de Dios.
Pero  todas las fuerzas del mal, no podrán arrancarnos el consentimiento,  en contra de nuestra voluntad, porque  Dios y su gracia están con nosotros.
Las tentaciones no solo no nos pueden hacer daño, sino que también pueden ser muy  provechosas. Gracias ellas podemos alcanzar sólidas virtudes. Ya que las virtudes no se alcanzan sino es probadas con combates, quizás penosos y largos.
También la tentación nos proporciona una dichosa experiencia, pues como dice la Escritura “¿Qué sabe el que no ha sido tentado?” La tentación nos enseña cuán necesaria es la oración y sobre todo nos ayuda a escalar los doce grados de humildad  que nos propondrá posteriormente S. Benito. La tentación nos recuerda nuestra débil condición.
San Benito invita a rechazarlas desde el principio. Si la victoria no es completa produce pérdidas más o menos sensible.  Nos puede dejar como heridos. Una tentación medio vencida, deja en nosotros un germen que pronto volverá y con más violencia. Si no se vence totalmente, tenemos el peligro de hacer las paces con alguna de nuestras faltas de más o menos gravedad, pero que nos lleva a acostumbrarnos a ese modo de proceder y será fuente de numerosas infidelidades.
Para triunfar de verdad, tenemos que rechazar toda inclinación al mal, arrojándolo de nuestro corazón. S. Benito usa palabras categóricas a este propósito:”inmediatamente le rechaza las sugerencias del maligno lejos de su corazón, de tal manera que quedan reducidas a la nada.
Una chispa es fácil apagarla, pero si dejamos que arda la casa no seremos capaces de apagar el fuego. La experiencia confirma por desgracia esto. De un modo gráfico expresa S. Benito como proceder diciendo:”estrella sus pensamientos contra Cristo”.
 Cristo es la roca, contra el estrellemos cuanto nos quiera separar de su amor. La presencia de Jesús disipa las tentaciones como el fuego el copo de nieve. Si hemos permanecido en la oración, tendremos seguridad de no haber cedido ante el mal.

Índice general

  • Introducción
  • Prologo
  • Capítulos 1 – 10
  • Capítulos 11 – 20
  • Capítulos 21 -30
  • Capítulos 31 – 40
  • Capítulos 41 – 50
  • Capítulos 51 – 60
  • Capítulos 61 – 73

© 2023 Monasterio Zenarruza - WordPress Theme by Kadence WP

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies